jueves, 2 de agosto de 2012

"Israel quiere a Irán, Irán quiere a Israel"


Algo se mueve en la conciencia de los pueblos, de la gente. En muchos lugares del mundo surgen iniciativas individuales y colectivas que muestran que ya no queremos seguir siendo esclavos de una élite que nos domina, que nos empuja al conflicto, al enfrentamiento y hasta la misma guerra. Hace unos meses empezó a pujar con fuerza en internet una campaña ciudadana llamada "Israel quiere a Irán, y viceversa".

Un profesor de diseño gráfico israelí abrió una página en Facebook titulada Israel quiere a Irán y colgó una fotografía suya y de su hija bajo el lema: Iraníes, nosotros nunca os bombardearemos. Os queremos. En una semana, el grupo logró más de 42.000 miembros. Muchos, muchísimos, han colgado fotos suyas bajo el mismo texto fraternal. El éxito de la iniciativa ha sido tan sorprendente que fue recogido por los principales medios de comunicación israelíes.

Si escuchamos a sus líderes, Israel e Irán parecen abocados a una guerra. El programa nuclear iraní se ha convertido en la principal preocupación del gobierno israelí, que trata de convencer a un reticente Barak Obama de la urgencia de un ataque contra las instalaciones nucleares de los ayatolás. La República Islámica tampoco se queda corta y asegura que responderá con toda su fuerza a un ataque exterior. Sin embargo, internet ha permitido que multitud de israelíes e iraníes anónimos expresen a sus supuestos enemigos su rechazo a un enfrentamiento.

El grupo tiene como presentación la siguiente carta de amor: Al pueblo iraní. A todos los padres, madres, hijos, hermanos y hermanas. Para que haya una guerra entre nosotros, primero debemos tener miedo los unos de los otros, debemos odiar. Yo no os tengo miedo, yo no os odio. Ni siquiera os conozco. Ningún iraní me ha hecho nunca daño. Nunca he conocido a un iraní… Sólo una vez en un museo en París. Un tipo simpático. Aquí a veces veo en la televisión a un iraní. Habla de guerra. Estoy seguro de que no representa a todo el pueblo de Irán. Si ves en tu televisión a alguien hablando de bombardearos… ten por seguro que no nos representa a todos nosotros. No soy un representante oficial de mi país. Yo soy padre y maestro. Conozco las calles de mi ciudad, hablo con mis vecinos, mi familia, mis alumnos, mis amigos y en nombre de toda esta gente... Te queremos. No queremos hacerte daño. Al contrario, queremos conocerte, tomar un café y hablar de deportes.

Pincha aquí y deja tu comentario al final de la entrada

No hay comentarios:

Publicar un comentario