sábado, 17 de marzo de 2012

La NASA muestra nuevas imágenes de la Tierra



El nuevo satélite de observación de la NASA llamado Suomi CM, ha tomado recientemente estas dos espectaculares fotografías en alta resolución de la serie Blue Marble (Canica azul), en la que se aprecian los auténticos colores de la Tierra. Contemplarla, apreciar su majestuosa y cautivadora belleza, meditar sobre el milagro de la Vida, seguro que despertará en nosotros un sentimiento de Amor y Respeto. Pensad que aunque la observemos desde fuera, todos estamos en algún punto de su superficie...








1 comentario:

  1. Un abismo media entre los famosos experimentos con la cámara Porta del francés Nicéforo Niepce,allá por el año 1822,y la fotografía actual.La famosa vista de la azotea que desde la ventana tomó Niepce para el experimento,tardó 8 horas de exposición para quedar impresionada sobre una base de betún de Judea,aplicada a una superficie de bronce bruñido, empleando como “revelador” el petróleo.

    Hoy,gracias al avance técnico más reciente en el campo de la fotografía en general,pero de un modo particular en el tema espacial,podemos contemplar apabullados,una parte de los maravillosos elementos que componen el universo.La contemplación de esa extraordinaria y esférica belleza llamada Tierra,flotando en el universo,nos debería hacer reflexionar sobre lo insignificante que resulta nuestra casa espacial y, por ende,la raza humana.Seríamos,en términos comparativos,como los habitantes de una gota de agua en el inmensurable océano del cosmos. Sin embargo,¿cómo es posible que en tan diminuto mundo tenga lugar tantos conflictos humanos de todo tipo? Me pregunto por vía de qué milagro, todavía permanece intacta nuestra hermosa y frágil casa galáctica,tanto en lo que se refiere a cualquier agente agresivo interno,como externo.Lo que hacemos con ella como moradores,es semejante a lo que solemos hacer con nuestra casa de ladrillo:Dedicar un tiempo para el aseo y cuidado de la misma, reparándola y convirtiéndola en algo especialmente confortable para nuestras vidas,de modo que sirva también de paso,como herencia útil a las futuras generaciones. Aplicado esto a nuestro planeta, esa y no otra, debería ser la obligada y sagrada función de cada uno de todos nosotros en beneficio de los que vendrán después.Pero eso no es así,lamentablemente.
    Por otro lado también es cierto, ─ y esto no debería hacernos desistir de ese cuidado con nuestro hogar sideral─, que el destino final del mismo no depende exclusivamente del celo que empleemos en su conservación, puesto que, como ocurre con nuestra casa de ladrillo, a veces, eventos impredecibles de distinta identidad a nivel terrestre, vienen a desbaratar todo nuestro trabajo en esa morada construida por la mano del hombre.
    La posibilidad de que uno de esos acontecimientos espaciales constituya en el futuro una seria amenaza, como es el caso del gigantesco asteroide Apopis de 10 kilómetros de roca y un millón de toneladas de peso, existe según la comunidad científica, resultando que de las cenizas de semejante impacto equivalente a 100 millones de bombas de hidrógeno, no resurgiríamos tan fácilmente. ¿O sí?

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