viernes, 12 de agosto de 2011

El Hijo Pródigo o cuando la parte se escinde del Todo


Decía Hermes Trismegisto como es arriba es abajo, como es abajo es arriba… Y es que cualquier sistema conforma un Todo compuesto de partes, de subsistemas que trabajan por y para esa Totalidad o Unidad. En este caso, la Sabiduría Perenne de la Humanidad, a través del Maestro Trismegisto, corrobora que tanto átomos, como microorganismos, plantas, animales, seres humanos, planetas, sistemas solares, galaxias, cúmulos galácticos, etc., están todos sujetos a este principio universal de partes que conforman una unidad o sistema superior, todos interrelacionados como las piezas de un sofisticado reloj, un maravilloso Reloj Cósmico que deja como absurda la teoría de que el Universo es producto de la casualidad.

Hace algunos años, estudiando un manual básico de Biología, me maravillaba de ese orden oculto dentro del desorden aparente. Sin ánimo de exasperar ni ofender a la ortodoxia científica, me atrevo a afirmar que una de las mejores evidencias de un Orden Inteligente Universal, de una Inteligencia Omniabarcante que muchos dieron en llamar Dios, nos la ofrece precisamente la Biología.

Es maravillo ver como los átomos se asocian unos con otros formando moléculas diferentes. Un átomo puede ceder, captar e incluso compartir electrones con otro átomo… pura asociación en aras de un Bien Común. ¿No vemos acaso una asombrosa semejanza entre la dinámica de los átomos con la de los sistemas solares?.

Y es que la Biología no es la única rama de la Ciencia que prueba la existencia de un Orden Superior Universal. Precisamente la Astronomía aporta otro hermoso testimonio a escala telescópica, al igual que a una escala microscópica lo aporta, aparte de la Biología, la Química, por mencionar otro ejemplo.

Nuestra sociedad moderna, olvidó este Conocimiento Esencial y Ancestral, seducida por intereses separatistas, alienantes intereses que así sembraron la enfermedad y los conflictos sociales, económicos y religiosos… Incluso nuestros sistemas educativos y pedagógicos se apartaron de esa ancestral y perenne Sabiduría Universal, estudiando en nuestras escuelas, institutos y universidades las piezas del puzle que conforma el Conocimiento y el Cosmos por separado, olvidando que esas piezas tienen sentido cuando se engarzan unas con otras, para ver así la imagen total que conforman todas unidas…

Al respecto de todo esto, existe una parábola del Maestro Jesús que siempre me ha conmovido, y que ilustra esta escisión o alienación de las partes sobre el Todo. Se trata de la parábola del Hijo Pródigo. Muchas personas e instituciones religiosas, se empeñan en interpretar las parábolas y los textos sagrados en general, desde una perspectiva exclusivamente horizontal y exotérica, llevándola así tan solo al plano personal, familiar y social. Las parábolas hablan sobre Leyes Universales, y deberían ser leídas (al menos hoy día) desde otra perspectiva más interna, transpersonal y esotérica. Por eso decía Jesús que quien tenga ojos para ver que vea, y oídos para oir que oiga, o en otro versículo aquello de que no hay nada oculto que no deba ser manifestado

Todos somos en alguna medida Hijos Pródigos, porque la inmensa mayoría nos hemos ido, decidimos marcharnos para emprender un camino tan incierto como legítimo, libre y llamado a ser provechoso. El error entonces no está en decidir salir de La Fuente, de la Casa del Padre, sino en negarla, rechazarla, ignorarla, detestarla… olvidarla. El error está en que podemos dilapidar todos nuestros recursos y energías personales, ya sean materiales, psicológicos o espirituales, siendo el riesgo de que al final no nos queden fuerzas para ver y comprender en que nos hemos convertido…

El Padre no impide al Hijo Pródigo que se marche, sabedor de la libertad intrínseca de sus hijos, sabedor de que saborear la aventura de la Vida es lo que reporta la Sabiduría, el propio hacerse. Esta autoelaboración a la que nos sometemos es el gran reto de nuestras existencias, pero exige la creación de un Centro de Gravedad, lo que Gurdjieff llamaba Conciencia de sí, con un Trabajo Interno que nos permita salir, pero volver seguros y con más recursos que cuando nos fuimos… Este es el mensaje de la Muerte y Renacimiento en la Cruz, de la Alquimia y otras tantas tradiciones y filosofías perennes basadas en la Regeneración.

También hay que decir que existen personas e instituciones interesadas en que los Hijos Pródigos olviden su origen y el camino de regreso a casa. Son poderes establecidos nada luminosos, a los que les interesan crear esclavos hipnotizados y durmientes: esas personas que deambulan como hormigas de un lado para otro de las ciudades, empujadas por la seducción del individualismo que ansía el ascenso y el éxito personal, que sueñan con que un número comprado en una esquina les retiren definitivamente del tortuoso y condenado trabajo, esos Hijos Pródigos van y vuelven del trabajo con la mirada perdida en su interno y eterno lio psicológico... Para ese humano escindido su compromiso con el Bien Común no se extiende más allá del escalón de su casa, (cuya hipoteca le trae de cabeza), no va más allá de su familia biológica o la que consiguió formar con el paso de los años…

En la parábola, el Hijo Pródigo no tiene un mal final. Dios, la Inteligencia Universal, el Orden Cósmico o como lo queramos llamar, siempre tiene una puerta abierta para la reconciliación con la Fuente, con la Salud, con la Sabiduría, con la Conciencia, lo que en definitiva no supone otra cosa que encontrarnos a nosotros mismos desde la Dignidad, aunque casi siempre tengamos que seguir el itinerario del Ave Fénix.
Francisco Pérez Paulete.
Angelic Love de Robert Haig Coxon

1 comentario:

  1. Hoy oí,en los medios,una noticia uqe debería entristecer a todos los que tenemos alguna conciencia ambiental: la muerte de delfines con cáncer y tumores provocados por la contaminación de los mares...creo que, desgraciadamente, el ser humano ultrapasó todo el orden establecido...

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