miércoles, 11 de noviembre de 2015

Y otra vez la libertad parcelada


            Salvapatrias, independentistas, revolucionarios enaltecidos desde el furor carismático hacia una bandera, son aquellos que proyectan sus ambiciones humanas desde el discurso proselitista del orgullo nacionalista, los autoelegidos y ebrios de poder que reclaman libertad desde la esclavitud ideológica.

                 Y para alcanzar su misión, siguiendo el guión de un linaje ya tradicional, no dudarán en ventilar las ascuas del conflicto, para una vez mas acabar atrincherados detrás de la sufrida gente inocente. No aprenden de la Historia, porque no la leen desde el Alma, incapaces de comprender que de tanto idolatrar su acotado territorio, se han olvidado de amar el cielo común que envuelve a toda la Humanidad...  

Francisco Pérez Paulete.

1 comentario:

  1. LA PROTESTA COMO ARMA PARA CONSEGUIR UN FIN Y SU ÉTICA

    (CLAMA AL CIELO CON RAZÓN, QUIÉN RECIBE MALTRATO FÍSICO O MORAL)


    Gracias a la libertad alcanzada por la mayoría de las sociedades del mundo actual, el número de los que protestan es cada vez mayor, y ésta, crece o decrece, en función de las fluctuaciones de la injusticia, pues a mayor injusticia-o viceversa-, así será en correspondencia el clamor a la hora de exigirla. De ahí que resulte siempre provechosa la protesta para mantener un nivel digno de justicia. Pero también es cierto que en ocasiones se recurre a esa acción movido por intereses espurios para conseguir beneficios que sólo favorecen a unos pocos. No es ético desde una minoría, y mucho menos por esos medios, obtener ese beneficio en perjuicio de la mayoría. Cualquier fin que se pretenda alcanzar por importante que sea, no puede justificar nunca los medios empleados para conseguirlo sin pasar antes por la ética. Pero hay acontecimientos en los que la moral se pone a prueba, de modo que la minoría puede defender con razón sus derechos, ya que como acontece a veces, una mayoría abusa de esa minoría.

    ¿Cómo proceder pues a la solución de un problema de supervivencia sin trasgredir la ética al sacrificar una vida para salvar a otras, siendo que a la víctima le asiste el derecho de defender la suya? ¿Acaso tal vez en un acto en el que se aprueba por mayoría elegir a través de un sorteo a la víctima, soslaya la Ética? Se atentaría contra la ética si en el grupo surgiera un líder lo suficientemente fuerte capaz de decidir sobre el destino de cada uno, eligiendo por propia voluntad y a capricho, a la víctima. El sorteo seria la mejor opción para respetar la Ética, pues todos y cada uno conscientes del problema, consentirían en la solución sin ser forzados a ello.

    Rafael Rasco E.

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