Un profesor de diseño gráfico israelí
abrió una página en Facebook titulada Israel quiere a Irán y colgó una fotografía suya y de su hija bajo el
lema: Iraníes, nosotros nunca os bombardearemos. Os queremos. En una semana, el
grupo logró más de 42.000 miembros. Muchos, muchísimos, han colgado fotos suyas
bajo el mismo texto fraternal. El éxito de la iniciativa ha sido tan
sorprendente que fue recogido por los principales medios de comunicación
israelíes.
Si escuchamos a sus líderes, Israel e
Irán parecen abocados a una guerra. El programa nuclear iraní se ha convertido
en la principal preocupación del gobierno israelí, que trata de convencer a un
reticente Barak Obama de la urgencia de un ataque contra las instalaciones
nucleares de los ayatolás. La República Islámica tampoco se queda corta y
asegura que responderá con toda su fuerza a un ataque exterior. Sin embargo,
internet ha permitido que multitud de israelíes e iraníes anónimos expresen a
sus supuestos enemigos su rechazo a
un enfrentamiento.
El grupo tiene como presentación la
siguiente carta de amor: Al pueblo iraní. A todos los padres, madres, hijos,
hermanos y hermanas. Para que haya una guerra entre nosotros, primero debemos
tener miedo los unos de los otros, debemos odiar. Yo no os tengo miedo, yo no
os odio. Ni siquiera os conozco. Ningún iraní me ha hecho nunca daño. Nunca he
conocido a un iraní… Sólo una vez en un museo en París. Un tipo simpático. Aquí
a veces veo en la televisión a un iraní. Habla de guerra. Estoy seguro de que
no representa a todo el pueblo de Irán. Si ves en tu televisión a alguien
hablando de bombardearos… ten por seguro que no nos representa a todos
nosotros. No soy un representante oficial de mi país. Yo soy padre y maestro.
Conozco las calles de mi ciudad, hablo con mis vecinos, mi familia, mis
alumnos, mis amigos y en nombre de toda esta gente... Te queremos. No queremos
hacerte daño. Al contrario, queremos conocerte, tomar un café y hablar de
deportes.
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