viernes, 4 de septiembre de 2015

La paradoja de Sirio

   
         
            Nuevamente otro drama humano ocupa espacio en nuestros medios de comunicación. Miles y miles de refugiados sirios, esas almas que aferradas a la vida huyen del enésimo conflicto bélico, inocentes aterrados en medio del fuego cruzado que han puesto sus últimas fuerzas de Esperanza y anhelo de Paz en la constelación abanderada de 12 estrellas, la de fondo azul de nuestra llamada Unión Europea, bandera que actualmente representa a 28 estados miembros. 

      El dramático conflicto bélico del pueblo sirio y su éxodo internacional estaban resultando casi invisibles para la comunidad mundial. Curiosa paradoja para vosotros que lleváis el mismo nombre que la estrella mas brillante del firmamento, Sirio o Sirius, la misma que anunciaba a los egipcios la crecida del Nilo, la tan presente en civilizaciones tan dispares como la griega, maya o polinesia. Pero la solución a vuestra odisea transfronteriza tiene que esperar, hay que seguir sorteando muros y alambradas, seguir hacinados en estaciones de tren, seguir viendo madres que con un brazo sostienen a sus pequeños hijos y con el otro se agarran a la vía del tren, ante la acción policial de la divisoria linea nacional de turno... 

            Esperad un poco mas pueblo sirio, esperad que nuestros líderes europeos siguen estudiando y consensuando sus cuotas de reparto, esta vez no de préstamos ni rescates bancarios, no de ayudas a sus sectores económicos, no de fondos FEDER, nada de eso. Esta vez les ha tocado repartir cuotas de refugiados de guerra. Los desunidos países  de la Unión Europea confrontan sus excusas y sus observaciones particulares a la baja, en medio de propuestas totales de cuota que crecen bajo la conmoción y presión mediática internacional. 

               Nuestra vieja Europa, con sus tierras por siglos ensangrentadas por luchas tribales, medievales, mundiales, la de trenes cargados de deportados hacia campos de concentración, la misma que sufrió en sus carnes aquel terrible Holocausto.  Observen la causa y efecto, el inevitable efecto bumerán... Es la hora de la cosecha para Europa, la poderosa y colonial del pasado, la misma que se repartió la territorial tarta del resto del planeta, expoliando sus riquezas, la que trazó nuevas fronteras con obsesión rectilínea, alterando así y no pocas veces delicados equilibrios étnicos.  Porque Europa en sí misma es una paradógica realidad, fruto de su compleja singularidad, faro cultural y cuna de civilizaciones, de logros económicos y sociales que ahora se resquebrajan con la crisis, sin una lengua común, de continuos recelos nacionales.

                  Mientras escribía esta entrada para mi blog, saltó la noticia y la cruda imagen de Aylan, el niño sirio de tres años aparecido muerto a orillas de una playa turca. Él ha convertido en resplandor de estrella supernova, el hasta ahora escaso brillo mediático del drama de su pueblo.

                 Esperemos que la sensibilidad y atención internacional no sea una vez mas estrella fugaz. Afortunadamente existen  cada vez mas voces que piden tender la mano a este y otros sufridos pueblos, hambrientos de pan y Paz. La Esperanza verdadera no está en el consenso político, sino en la ciudadanía mundial, en que esa esperada "masa crítica" despierte y se movilice desde la comprensión mas endógena que nace del Corazón, para así acabar traspasando y trascendiendo fronteras, convertida ya en una luminosa Conciencia Humana de dimensión planetaria.


    
                                                                                                                   Francisco Pérez Paulete.