Compasión del Corazón que se conmueve ante el dolor,
mirada preludio de palabras de Consuelo y Comprensión,
manos tendidas para abrazar y ayudar.
Me basta tu mirada húmeda de indefensión,
porque la indiferencia dejó de ser frontera.
Se que tus quejas de dolor no caerán vanamente sobre tus pies,
tus lágrimas en soledad regarán rosales de Esperanza,
Mi Ser, mi mirada, mis manos quieren estar junto a tí
y si no me es posible librarte de tus cadenas,
te susurraré donde está la llave del candado,
caminaremos juntos hacia donde sale el Sol.
Francisco Pérez Paulete.