El llamado grupo G8 está constituido por los autodenominados 8 países más industrializados (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, Reino Unido y Rusia). Los orígenes del grupo se remontan a 1973, aunque empezó siendo un G6, en 1976 un G7 con la incorporación de Canadá, y finalmente en 2002 con la inclusión de pleno derecho de Rusia, pasó a lo que ya hoy se conoce como G8. En este 2012 la cumbre se ha celebrado el 18 y 19 de mayo en la
residencia presidencial de Camp David, en las afueras de Washington, y ha
finalizado con el acuerdo entre los líderes de los países más industrializados
de que el camino contra la crisis pasa
por el crecimiento y la creación de empleo como la principal prioridad, al
tiempo que se continúa su proceso de reformas estructurales para reducir la
deuda, según ha manifestado el presidente de EEUU, Barack Obama al término
de la reunión. Sabemos que es posible,
ha asegurado. También se habló, como no, del programa nuclear de Irán, de
Afganistán y Siria… Pero de la actual crisis alimentaria o hambruna que azota a
la amplia zona africana llamada Sahel, y que puede afectar a millones de
personas, nada de nada.
Ya vemos que para el Sr. Obama y el resto de sus socios del G8 la solución
de su crisis pasa por fomentar el
crecimiento. Pues no, porque más crecimiento implica volver a los parámetros de
derroche y consumo insostenible del Primer Mundo. Esa no es la solución, y
menos si ese crecimiento va en detrimento de la otra parte de la Humanidad, la
cual decrece sin que se remedie, aumentando más si cabe las diferencias entre un mundo y otro. Sr. Obama y
compañía, nosotros los del Primer Mundo tenemos que decrecer nuestros excesos y compartir con aquellos pueblos y naciones que carecen de recursos, esos que la mayoría de los países desarrollados de ahora colonizaron y explotaron no hace tanto... Estamos por tanto en deuda con ellos, y es esta deuda humanitaria y de Dignidad, la que prioritariamente requiere un proceso de reformas estructurales. La otra deuda, la financiera que tanto preocupa al G8, es el precio pagado para llegar a este punto de colapso de un sistema basado en la competitividad despiadada y el egoísmo.
Cabe recordar y a modo de ejemplo dramáticamente ilustrativo, que a los niños de los países del G8 cuando les aumenta su perímetro abdominal, generalmente, es porque padecen sobrepeso fruto de una ingesta excesiva y desequilibrada de alimentos, mientras que los otros, esos olvidados del Tercer Mundo, a los que no les prestáis la debida atención en vuestras elitistas reuniones, se les hinchan sus maltrechas barrigas por desnutrición, por no comer…
Cabe recordar y a modo de ejemplo dramáticamente ilustrativo, que a los niños de los países del G8 cuando les aumenta su perímetro abdominal, generalmente, es porque padecen sobrepeso fruto de una ingesta excesiva y desequilibrada de alimentos, mientras que los otros, esos olvidados del Tercer Mundo, a los que no les prestáis la debida atención en vuestras elitistas reuniones, se les hinchan sus maltrechas barrigas por desnutrición, por no comer…
Creo que ya no habrá solución a la crisis financiera y económica que azota
a Europa y Estados Unidos, si no se abordan al mismo tiempo las otras crisis
del mundo, como la del hambre en los países pobres, la ambiental y energética,
etc. Todas ellas conforman la Crisis de la Humanidad. Analogías irónicas aparte, Primer
y Tercer Mundos no son dos planetas que se cruzan, no. Son dos creaciones
erráticas de nuestra Humanidad, y que se asientan en un mismo planeta, la
Tierra.