miércoles, 25 de mayo de 2011

Izquierda-Derecha. Apuntes sobre la resolución de un conflicto en el "Eje Horizontal"

 
       Desde los tiempos de la Revolución Francesa se ha venido consolidando un eje sociopolítico denominado Izquierda-Derecha. Esta división "horizontal" y confrontada de la sociedad ha supuesto dos polaridades irreconciliables, lo que ha ocasionado para la Humanidad un sinfín de conflictos, de revoluciones frustradas, de guerras civiles e internacionales, que ha provocado igualmente la corrosión y hasta la desaparición de ricas identidades étnicas y culturales, y la práctica de modelos económicos que han empobrecido los recursos naturales del planeta, además de provocar la desaparición de muchas especies animales y vegetales…

Tal visión confrontada llegó a globalizarse de tal manera, que originó la llamada Guerra Fría, con los resultados conocidos de armamentismo, tensión política y hasta la carrera espacial. Ni siquiera la caída del bloque soviético supuso un punto de inflexión para replantearse mundialmente la reconciliación de este eje horizontal Izquierda-Derecha, o bien su trascendencia o metamorfosis hacia otra visión más humana, más integral, menos económica y materialista. Hoy podemos afirmar, y a la vista de la realidad cotidiana, que los modelos capitalista y comunista han fracasado.

Resulta lamentable y paradójico, que los gobiernos totalitarios y dictatoriales se definan en unos casos de  izquierda y en otros de derecha, cuando tienen los mismos patrones de comportamiento: privación de las libertades, torturas, represión, pensamiento único... Las desaparecidas dictaduras en Portugal, España, la Unión Soviética, Centro América, Argentina, Chile, o las vigentes de Cuba, Corea y China, son algunos ejemplos de esta curiosa convergencia.

Y es que el Ser Humano ha cristalizado una mente marcadamente dualista y egoísta, anclada en la materia y esclava de ésta, una mente empujada por una cultura del "Yo-Mío" y del "Nosotros-Nuestro" que presenta al "Tu-Tuyo" y al "Ellos-Vuestro" como enemigos, rivales competidores dentro de un escenario dualizado y horizontal (Este-Oeste, Izquierda-Derecha, etc.)

Si lo contemplamos en términos gráficos o ideográficos, la línea horizontal también puede ser leída como el signo menos con dos puntos extremos. Para que esta línea horizontal, que en las circunstancias sociales y políticas actuales está negativamente quitando y enfrentando, pueda convertirse en signo positivo o de suma, debe contener otra línea vertical unida a la anterior por su centro. De esta forma también obtenemos el signo de la Cruz. Este eje vertical tiene como extremos lo Superior-inferior, Arriba-abajo, que traducido en términos de valores, sería Luz-oscuridad, Salud-enfermedad, Conocimiento-ignorancia, Consciencia-inconsciencia, Amor-odio... A diferencia del eje horizontal, que suele activar fuerzas contrarias u opuestas que acaban enfrentándose, el eje vertical nos habla en términos de un valor único o referente, y su contrapuesto no sería más que la ausencia o carencia de tal valor. Es decir, y a modo de ejemplos: La enfermedad no sería más que la ausencia del valor, estado o principio constituido por la Salud. De la misma forma, el odio no sería más que la ausencia del Amor, la oscuridad no sería más que la ausencia de la Luz, la inconsciencia sería el resultado de la ausencia de la Consciencia. La lucha, las penalidades y vicisitudes que ocasiona la permanencia por ignorancia o pereza en los puntos de ausencia o carencia, produce una fricción que plantea un reequilibrio, un empuje para alcalzar la estabilidad de los valores reales.

Todos estos valores reales, únicos y primordiales del "Eje Vertical" son los portadores de la Salud, el Equilibrio, la Armonía y la Vida. En cualquier caso, este eje necesita en nuestro mundo material del "Eje Horizontal", para poder expresarse y realizarse.

La activación armoniosa del eje vertical en nuestras vidas personales y colectivas, implica la intercepción o anulación del conflicto del eje horizontal, retándolo definitivamente a un encuentro integrador y a su reconciliación. Los elementos contrarios y opuestos de la “vía horizontal”, cuando empiezan a incorporar esta visión integral y holística dejan de retarse y se dan la mano, conscientes de que comparten un parentesco esencial y “un camino común de Ascensión”.

Curiosamente, y paralelamente a esta confrontación horizontal Izquierda-Derecha, fue desarrollándose otra no menos polémica: religión frente a ciencia, o ciencia frente a religión. La religión que siempre recibió desde la Sabiduría Perenne valores primordiales del eje vertical, los escupió y arrojó al suelo, incapaz de sostenerlos en pie y con dignidad, seducida la mayoría de las veces por el poder mundano, con el cual se alió, para acabar cometiendo represión y crueldades contra los que no comulgaban con sus opacos dogmas... Muchos campos fueron regados con la sangre vertida entre estandartes caídos con los símbolos de la Cruz y la Media Luna, olvidando el mensaje de Paz y Amor de sus respectivos textos sagrados. Bajo una estrategia equivocada y velicista de la evangelización y la colonización por parte de los países tradicionalmente dominantes hacia los pueblos llamados indígenas o primitivos, no se respetó y hasta se llegó a eliminar violentamente expresiones culturales y espirituales nativas, caso de los pueblos maya y azteca. En la India, el poder religioso dividió a la sociedad en castas, condenando a millones de personas a la marginación, la desigualdad y la miseria.

Por otra parte, la Ciencia, incapaz de diseccionar con sus bisturís al Alma y al Espíritu, ridiculizó y hasta negó la existencia de toda forma de trascendencia, en una actitud por cierto muy poco científica. Afortunadamente, el lenguaje de la Física Cuántica, unido a la liberación que muchos científicos modernos vienen experimentando del viejo complejo del dogma materialista, así como los nuevos enfoques de una espiritualidad emergente que habla de autoconocimiento y que aplica el método científico en muchas de sus exploraciones internas, está posibilitando una incipiente reconciliación de esta crónica confrontación. 

Por parte de los postulados más extremos de la Izquierda y la Derecha políticas "made in Occidente", exportados a todo el mundo, se repartieron entre sí a esa otra polaridad que llamamos "Materialismo-Espíritualidad". El Comunismo hizo del materialismo dialéctico su particular dogma, calificando en cambio a la religión de "opio del pueblo". En cambio, la Derecha abrazó a la religión y sus ritos, sin mucha resistencia por parte de ésta, pues desde tiempos del emperador Constantino, los dirigentes de la religión cristiana se habían casado con el poder mundano.

Viene emergiendo información de que estas polaridades confrontadas han sido engendradas por personas y poderes más bien soterrados, con la nada luminosa intención de enfrentar a la Humanidad, de lo cual han obtenido un vil beneficio, siendo claros ejemplos la industria armamentística, los intereses del petróleo, la industria farmacéutica, la subyugación de las voluntades personales y colectivas, la extirpación del sentido crítico... Igualmente algunos poderes religiosos han boicoteado la libertad y la dignidad del Ser Humano, insuflando el miedo, la culpa, el ciego fanatismo, los absurdos dogmas, traicionando así el legítimo impulso y anhelo espiritual de las personas. En este ring o terreno de juego se encuentra enfrentada la Humanidad, inconsciente de dicha manipulación y de sus graves consecuencias.

Por lo tanto, y desde una perspectiva política, ya no importaría tanto si eres de la izquierda o de la derecha, sino más bien si como persona tienes y practicas valores como la Honradez, la Generosidad, el Altruismo, el Respeto, la Libertad, el Amor, etc. (valores de “arriba”), o si eres ladrón, egoísta, irrespetuoso, dictatorial, etc. (“abajo” o ausencia de los valores de “arriba”).

En lo que respecta a las relaciones internacionales, la rivalidad étnica, religiosa, económica y consecuentemente bélica, podemos afirmar que constituye un macro eje horizontal de lucha y confrontación perpetuas, solo reconciliable por una visión integradora constituida por la Conciencia Planetaria, y por el consenso universal de la Cultura, la Filosofía y la Espiritualidad Perennes, lo cual aportará un progreso armonioso y próspero en el destino de nuestra Humanidad.

En cualquier caso, este concepto de izquierda y de derecha en lo político y lo social, considero que está llamado a transcenderse o transmutarse en otra visión de aspiraciones menos materiales u horizontales, por una que incorpore mayor trascendencia. Aquella vieja visión que nos hablaba del trabajo, de la lucha de clases, de los señoritos, terratenientes, del flujo del dinero, la economía (todos ellos viejos elementos de un paradigma horizontal), está dando paso a valores con mayúsculas, como son la defensa del Medio Ambiente, la aceptación de nuestro planeta Tierra como Madre que nos da la vida, la interrelación e integración de la diversidad de los pueblos bajo una conciencia común de identidad humana, de Humanidad, la conquista de un Progreso y una Justicia universales, del fomento de una Cultura limpia de violencia, consumismo y ansiedades. Y que decir del derecho a practicar una Espiritualidad libre de miedos y culpas, llamada a conquistar nuestra dormida Consciencia...

La liberación definitiva de esta cadena dualista y esclavizante, se hace posible cuando se cuestiona esta confrontación tradicional.  No estamos obligados a encasillarnos políticamente, a ser de algún partido político. A lo que estamos obligados desde la dimensión ética es a tomar partido por la defensa de la Dignidad Humana, a comprometernos en actuar solidariamente y buscando el Bien Común, actuando desde la Conciencia.

Francisco Pérez Paulete